miércoles, 2 de enero de 2013

La constitución energetica del hombre 1


La concepción del hombre, a la que nos llevó la ciencia desde el siglo XIX, como una máquina física que solo depende de su inmediato ecosistema, está cambiando gradualmente desde principios del siglo XX gracias, paradójicamente, a esta misma ciencia. Hoy, ya en el siglo XXI, cada vez más personas, desde físicos a médicos, se están dando cuenta de que las antiguas tradiciones, sobre todo orientales, que describían una anatomía sutil del hombre, basan sus teorías en hechos que nuestra tecnología está comenzando a mostrarnos.

Un experimento realizado en 1906 por el doctor Mc Dougall, en el Hospital General de Massachusetts, con personas moribundas situadas sobre una balanza de precisión que registraba hasta un décimo de onza, demostró que al morir estos, había una pequeña pero sensible disminución de peso. Más tarde el profesor Twining, jefe del departamento científico de la Escuela Politécnica de los Ángeles, realizó el mismo experimento con animales dentro de una doble burbuja de cristal y con balanzas aun más sensibles, y también obtuvo resultados positivos.

En 1939, el profesor ruso en ingeniería Semion Kirlian descubrió accidentalmente, el hospital de Krasnodar, un fenómeno eléctrico de ionización al utilizar un nuevo generador de alta frecuencia para el tratamiento de un paciente. Con la ayuda de su esposa Valentina diseñó una cámara fotográfica electrónica de alta frecuencia, que mostraba un aura en todos los tejidos vivos y que desaparecía al morir estos. Especialmente famosas son las fotografías de hojas, a las que se ha arrancado un trozo, y presentan en el negativo una imagen fantasma o energética de la sección cortada. Este invento fue dado a conocer por las periodistas norteamericanas Sheila Ostrander y Lynn Schroeder, en 1973, en su “Manual de experimentos parapsíquicos” que desató la curiosidad en todo occidente.

La antigua Unión Soviética y sus aliados parece que investigaron en profundidad toda clase de fenómenos paranormales durante la “guerra fría”, la mayoría de los cuales aun permanecen secretos.

 

El inventor checo Robert Pavlita desarrolló una serie de “generadores positrónicos” no mecánicos, que condensaban el campo energético del ser humano y lo usaban en la producción de diferentes fenómenos paranormales. Según la forma y el material del que estaban construidos, servían para hacer girar una hélice de metal, purificar agua, germinar semillas y otros fenómenos psíquicos. Con la anexión por la URSS de Checoslovaquia, los militares rusos asumieron el control de la investigación y ocultaron el proyecto, según dicen Ostrander y Schroeder en su libro “PSI: Psychic Discoveries Behind the Iron Curtain”.

 

En 1971, un físico antiguo colaborador de Eisntein, el doctor David Bohm, propuso que la organización del universo es probablemente holográfica. En un holograma cada segmento es capaz de reproducir la imagen  entera, o sea que cada parte contiene el todo.

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