viernes, 12 de julio de 2013

El Trabajo Personal y la Energía


Existe una verdad universal que te hará más tolerante con los demás y te ayudará a juzgar menos: Todo ser hace en cada circunstancia lo que cree que es mejor, y para ello hace lo máximo que puede en ese momento. Nadie hace la peor elección a sabiendas, la desgracia es que no sabemos que es lo mejor para nosotros o no tenemos suficiente energía para cambiar las cosas.

Hay carreteras de doble sentido con un seto en medio, que hacen imposible ver al conductor a un peatón que cruce indebidamente. He tenido  ocasión de ver muchas veces personas cruzando por estos sitios, ¡ a tres metros de un paso de peatones señalizado! . Este tipo de personas no tienen siquiera conciencia del peligro que corren por ganar un minuto, que posteriormente perderán viendo un escaparate. No es que sean tontos, no lo hacen aposta, pero su conciencia no da para una mejor elección. A una persona en ese estado no puede enseñársele nada provechoso porque no tiene siquiera el más básico instinto de supervivencia. Antes de poder progresar en cualquier camino espiritual has de recordar que has venido aquí a aprender algo que solo este entorno puede enseñarte. No puedes progresar sino eres una persona capaz de desenvolverte con soltura en tu entorno particular, cumpliendo las obligaciones que la vida te ha traído.

El Universo utiliza la individualidad para conocerse a si mismo. Para ello deben existir diferencias o imperfecciones ya que un todo uniforme no puede evolucionar, no habría posibilidad de comparaciones ni de  conocimiento. Por desgracia eso crea desigualdades aparentes o “injusticias” que no son tales si partes de la base de la unidad de todas la cosas. Por ello cada ser es diferente y nace con una cantidad de energía concreta y definida, que no variará durante toda su vida. Existen dos propiedades fundamentales para el ser humano con la energía: la cantidad y la calidad. La cantidad no depende de lo evolucionado que se sea, por lo que podemos ver a personas muy poco evolucionadas o abiertamente malvadas que triunfan en sus empeños por la energía que poseen, digamos que se salen con la suya de forma “injusta” y consiguen las cosas sin esfuerzo. Sin la energía suficiente el cambio es imposible y solo nos podemos dejar arrastrar por la corriente. Pero no confundamos el conseguir lo que se quiere (cantidad de energía) con la Felicidad en la vida (cualidad de la energía). La calidad de la energía no viene determinada por el nacimiento sino por la fricción creada a través del trabajo personal y la lucha con nuestros defectos. Ese tipo de trabajo agudiza la conciencia, te hace ser mejor persona y te trae paz. En las combinaciones más extremas encontraremos a un santo, mucha cantidad y calidad, y al inconsciente egoísta, ni cantidad ni calidad.